sábado, 5 de octubre de 2013

En defensa de mi lengua

Es una lástima oír, un día sí y otro también, que un desentrañado le ha dado el pasaporte a su prójima. Algunos de ellos toman el tren al otro mundo que pasa a continuación, otros, sin embargo, se dan a la fuga, y hasta los hay que, tras unos momentos de reflexión, se dirigen al cuartel de la Guardia Civil más cercano y admiten sin tapujos haber matado a su mujer. Bien, a toda esta serie de despropósitos los periodistas más "avanzados" la llaman "violencia de género". Tal éxito ha tenido el gazapillo, que ahora, tanto expertos como profanos, no paran de vomitarlo: periodistas, políticos, maestros, comadres en la compra, etc.

A todas estas buenas gentes ni siquiera les pasa por la cabeza sacar conjeturas lógicas derivadas del error. Pues si los que están en él (desde mi punto de vista) estuvieran en el acierto, entonces, en multitud de fichas de las que tenemos que rellenar a lo largo de nuestra vida, en lugar de "Sexo" debería decir "Género". En los libros de estudios universitarios en lugar de tratar de "sexualidad" debería tratarse de "generidad". Y además, la inmensa mayoría de los seres vivos que pululan a lo largo y ancho de este planeta serían "generados" y no "sexuados". ¿Y los delitos sexuales? pues que habría que llamarlos delitos generales. ¡Qué ambiguo! ¿no? Por lo que a mí respecta, yo me considero un especimen sexuado, de sexo varón, mientras que mi nombre es gramaticalmente un sustantivo propio,  de género masculino y número singular.

He aquí el "quid" de la cuestión.  Por razón de desconocimiento de la propia lengua, se está confundiendo género con sexo. De toda la vida, por lo menos hasta donde mi memoria alcanza, el género era un accidente del nombre o sustantivo cuya clasificación era masculino, femenino, epiceno, común, ambiguo y neutro. "Género" también puede ser sinónimo de artículo, así podemos decir que "el tendero Fulano tiene un género muy bueno a la venta". Además de estos conceptos existe otro que podríamos equiparar al de "clase" o "tipo"; así solemos decir "sin ningún género de duda". Género es también sinónimo de tela o tejido: "ese traje está confeccionado con un género muy bueno. De alguna manera puede tener también un significado equiparable al de especie, y así decimos "el género humano". Estos son los conceptos de género.

Es preciso pues, que aquellos que crean escuela con la lengua pongan todo su celo en hablar y escribir con propiedad y llamar a cada cosa por su nombre. Pues aquella cualidad por la cual los seres vivos nos clasificamos en machos y hembras o varones y mujeres si hablamos de humanos, es el sexo. Nunca el género. Así pues, esa violencia absurda, cruel y gratuita que tiene lugar entre humanos de distinto sexo, no se puede llamar violencia de género, antes bien, habría que llamarla violencia sexual o violencia doméstica. Esta última se perfila como la opción más coherente ya que en una abrumadora mayoría de ocasiones tiene lugar intra muros, es decir, dentro de casa. Y, sin embargo, a pesar de ser la opción más lógica, es la menos usada. ¿Cuándo empezarán los periodistas a cuidar su propia lengua? Es más fácil encontrar rosas en el mar.

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