martes, 25 de junio de 2013

En defensa de mi lengua

Recientemente se está oyendo una estupidez que está haciendo fortuna. Como casi todas las grandes estupideces en que están incurriendo los medios de comunicación de masas. Me refiero, ¡cómo no! a la cantinela esa de la "marca España". No sé si mis lectores han caído en la cuenta, pero ya no se oye prácticamente "España" sin que lleve delante la estupidez "marca". Ni que España fuera una fábrica en que se fabrica a sí misma. Ahora parece que hay que promocionar la "marca España". En el extranjero la "marca España" tiene tal o cual prestigio. Esos cretinos no se dan cuenta de que Made in Spain quiere decir hecho en España, pero en ningún caso es la marca. Marca es el nombre que una determinada empresa quiere darle a sus productos. Así marcas de productos hechos en España (entiéndase esto a título de ejemplo y nunca como publicidad ni siquiera encubierta) pueden ser SEAT, Fagor, Balay, Zara, El Caserío, La Casera, Tío Pepe, etc. De seguir la cosa por este camino, no tardando mucho oiremos a los esnobistas conversaciones de este jaez:

- Oye, Teté, tú ¿adónde vas a ir de vacaciones este verano?
- Uy hija, no sé, estoy hecha un lío. Por un lado hay sitios de la marca España que aún no conozco, pero me gustaría darme una vuelta por la marca Francia.
- Has pensado en ir por la marca Egipto?
- Sí chica, pero mientras la situación esté tan poco clara, ni la marca Egipto, ni la marca Túnez. Antes me doy una vuelta por la marca Grecia.

¿Qué os apostáis que no tardamos ni cinco años?


sábado, 8 de junio de 2013

En defensa de mi lengua

Cuando en los años 80 se produjo ese empacho de libertad mal entendida llamado "Movida Madrileña", cuando los jóvenes eran animados por las autoridades (recordemos a la sazón a D. Enrique Tierno Galván, profesor de universidad y alcalde de Madrid) a exteriorizar sus sentimientos y a interiorizar alcohol, hachís, marihuana y cosas así, se produjo el consumo masivo de alcohol y drogas por parte de los jóvenes hasta adquirir la virulencia que vivimos hoy, en que los niños de 13 años ya han tenido en su inmensa mayoría su gran borrachera. Así seguimos, pero a los jóvenes, y especialmente a las jóvenes, ya no les basta con trajinar alcohol por el gañote. Ahora las pavipollas han caído en la moda de metérselo directamente en vena vía vaginal. Estaba yo viendo un reportaje sobre el asunto, "tampón alcohólico" parece que lo llaman. Consiste, como el lector ha podido colegir, en impregnar un tampón vaginal en alcohol, introducírselo en el sitio suyo... y esperar a que la naturaleza siga su curso. ¿A santo de qué viene esto?, estará pensando ya alguno. Es lo suyo. Pues viene a que la mozuela que hablaba como testigo directo del asunto, por vivirlo en primera persona, le decía a la periodista que la entrevistaba que "produce una embriagadez"...

Perfecto. La niña había alcanzado la madurez sufiente como para saber que por la vagina  puede introducirse algo más que un pene, pero no la suficiente como para saber que en español, el estado en que el cuerpo se encuentra tras trasvasar una dosis suficiente de etílico se llama embriaguez y no embriagadez. Me pregunto si la sensación de "embriagadez" que invade a la privilegiada varía si se mete Havana Club, Chinchón o JB ¿Tardaremos mucho en oír hablar de los supositorios alcohólicos para ellos? ¡Qué pena!