domingo, 1 de marzo de 2015

EN DEFENSA DE MI LENGUA

A vueltas andamos con las lentes. Mi afición por la fotografía viene de muy atrás en el tiempo. Apenas andaba rozando la pubertad cuando me regalaron mi primera cámara. Era, obviamente, de carrete, de medida 120 que daba unos negativos de 6x6. La cámara en cuestión era poco más que un cajón que no tenía más que dos velocidades 1/30 " y 1/60 ". Pero bueno, alimentó mi afición a la fotografía hasta que pude comprarme una réflex, con mi propio pecunio, también de carrete pero en formato pequeño 24x36. Para mí significó un paso de gigante, aunque haría partirse de risa a las cámaras digitales de hoy en día. Sea como fuere, el caso es que ambas cámaras venían provistas de su correspondiente objetivo. Siempre he visto y leído que la parte de la cámara por donde entra la luz hasta el carrete o el sensor recibe el nombre de objetivo. En el caso de la primera cámara, éste era muy sencillito. Solo tenía una lente. En el caso de la segunda, era ya más complejo. Tenía un juego de lentes. La imagen que vemos muestra en esquema el objetivo de una cámara fotográfica moderna y en él podemos contar las lentes que lo componen. Un total de 15.

Así pues, tenemos que los objetivos están compuestos por lentes, siendo pues que las lentes son cada uno de los cristales convenientemente tallados y pulidos que contribuyen a que la imagen se forme sobre el carrete o el sensor con la mayor nitidez posible. Por ejemplo, una lupa normal y corriente de esas que usamos para ver mejor los sellos de correos o los hilos que forman un tejido, es una lente.

Todo esto viene a cuento de que últimamente se está viendo escrito y se está oyendo la palabra lente para designar al objetivo. Incluso en masculino, el lente, cuando la palabra en nuestro idioma es de género femenino.

¿De dónde viene tal dislate? ¿No lo adivinan? ¡Claro! ¡Del inglés! ¡Cómo no! Y es que en tal lengua, el objetivo de las cámaras fotográficas recibe el nombre de lens. Pero ocurre que en inglés lens también significa lente. Y ya tenemos adobado el error. Los técnicos que saben mucho de cámaras pero muy poco tanto de su propia lengua como de la inglesa, han hecho la mezcolanza y  al objetivo lo llaman lente. Lo malo es que el error está haciendo escuela y cada vez se ve más eso de que esta cámara lleva un lente excelente. ¡Repelente!




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