viernes, 30 de agosto de 2013

En defensa de mi lengua


Como casi siempre, la prensa. Observen los lectores el texto que acompaña a la viñeta. Si no ven el error, quiere decir que está extendidísimo. No se preocupen demasiado que para eso ya estoy yo. Este error lo cometen hablantes de todos los estratos sociales y de todos los niveles culturales... Pero eso no lo hace menor error. Me refiero, cómo no, a la confusión entre las formas verbales "deber" y "deber de". Según intención del humorista, el personaje, que tiene todo el aspecto de ser Rubalcaba, dice que le deben quedar un par de escándalos por descorchar. Es decir, lo manifiesta como una posibilidad y en ningún caso como una obligación. Hay un deje de duda en la frase, no está seguro de cuántos escándalos le quedan. Y aquí está el gazapo. "Deber" sin más, indica obligación de llevar a cabo la acción expresada a continuación. "Deber de", sin embargo, implica duda, inseguridad. Esa es la construcción que debería haber empleado el humorista... "y todavía me deben de quedar un par de escándalos por descorchar". Una vez más debo quejarme de la falta de cuidado que los medios tienen respecto a su propia lengua, su herramienta de trabajo. ¿Para cuándo la corrección apropiada? ¡Ahuuuuuuuuuuuuuuu!

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